Autor: Volker Hauck, Oficial Superior de Programas, ECDPM
El pensamiento sistémico cuestiona muchos supuestos sobre la necesidad de contar con planes, objetivos y controles, y la posibilidad de que los agentes externos influyan sobre procesos locales de cambio. Al reconocer la insuficiencia de muchas acciones de desarrollo de la capacidad (DC), los encargados de formular políticas y los profesionales buscan constantemente enfoques más eficaces.
Los enfoques predominantes, basados en proyectos e ingeniería social, no han reconocido la importancia de la dinámica sistémica y las interrelaciones entre organizaciones.
El “pensamiento sistémico” no es nuevo, pero gravita poco sobre el concepto y la práctica del DC; no obstante, está reviviendo y se ha restaurado en la agenda.
Al respecto, recientemente el ECDPM organizó, como parte del estudio sobre “Capacidad, Cambio y Rendimiento”, talleres que congregaron a encargados de formular políticas y profesionales de organismos de asistencia y países en desarrollo, para considerar la idea y la práctica del pensamiento sistémico y su pertinencia al DC .
Los participantes consideraron diversas maneras en que el pensamiento sistémico complementa los actuales enfoques del DC:
Las relaciones causa-efecto no siempre son lineales; suelen ser complejas, diferidas e impredecibles.
Planificación. Muchas intervenciones eficaces carecieron de un plan general, pero evolucionaron adaptándose gradualmente.
Objetivos. Muchos procesos de DC carecen de objetivos mensurables, pero se guían por intenciones e ideas implícitas, ajustándose a las nuevas situaciones.
Las conexiones recíprocas entre componentes de un sistema, como las organizaciones integrantes de una red, son importantes y pueden tener valiosos efectos sinérgicos.
La retroinformación tiene importancia crítica para el aprendizaje y autoconocimiento, pero está determinada culturalmente y no puede aplicarse de manera estandarizada.
Los talleres reconocieron la importancia del “surgimiento”, proceso en que los elementos de un sistema se combinan e interactúan para crear al cabo de un tiempo un todo más eficaz.
La cuestión es qué medida y en qué momento esto puede alentarse mediante insumos externos.
El pensamiento sistémico cuestiona muchos supuestos sobre la necesidad de contar con planes, objetivos y controles, y la posibilidad de que agentes externos influyan sobre procesos de cambio locales, ofreciendo varios conceptos para comprender mejor los complejos procesos de desarrollo.
Primeramente, al considerar las intervenciones como parte de redes de sistemas y subsistemas interactuantes, el pensamiento sistémico puede contribuir a estrategias de gestión del cambio apoyadas por entidades externas. Al centrarse en el “surgimiento” en el proceso de cambio, reconoce que no se pueden obtener efectos concretos de DC simplemente aportando insumos externos.
En segundo lugar, el enfoque sistémico puede utilizarse como instrumento analítico explicativo, para comprender el contexto de las intervenciones y determinar los factores que facilitan u obstaculizan los procesos de DC. Por ende, puede determinar mejor la capacidad (por ejemplo, en la programación), ofreciendo al mismo tiempo medios alternativos de explicación de los resultados.
Finalmente, el pensamiento sistémico ofrece diferentes perspectivas de las funciones de seguimiento, evaluación y aprendizaje. Por ejemplo, puede contribuir a distinguir diferentes aspectos de seguimiento y evaluación, para rendir cuentas a los donantes y, al mismo tiempo, satisfacer la necesidad de aprendizaje interno como base de adaptación y cambio.
El pensamiento sistémico tiene múltiples repercusiones sobre la cooperación para el desarrollo, pues requiere mayores análisis normativos e intercambios con los profesionales, además de mejor comprensión del contexto local, plazos más flexibles, una disposición a asumir riesgos y a idear estrategias paulatinas y un replanteo del enfoque de seguimiento y evaluación.
Igualmente importante, deberá traducirse en instrumentos y métodos que ayuden a los profesionales a trabajar más eficazmente.
El pensamiento sistémico conduce a preparar modelos que promuevan mejor comprensión de los acontecimientos, sus causas y, aún más importante, la estructura intrínseca responsable de esas causas. Al abordar una situación, sólo mediante la comprensión de dicha estructura intrínseca será posible detectar los apropiados factores de multiplicación para lograr cambios globales.