La mirada de un coach sobre los “proyectos”

Son muchas las variables que influyen en el desarrollo y en los resultados de un proyecto. Observar cada uno de estos factores con la visión de un coach puede ser el punto de inflexión desde donde se decida el éxito de esa gestión.

Está claro que todos nosotros vivimos de proyectos, sean éstos conscientes o inconscientes.

Sin proyectos, la vida no tendría el mismo sentido. Ahora: ¿Qué son los proyectos?

En forma simple, me gusta conceptualizarlos como un conjunto de actividades relacionadas entre sí, que poseen un inicio y un fin específicos y que consideran el empleo de recursos, un resultado esperado y expectativas derivadas de ese mismo resultado.

Por supuesto, los proyectos varían en escala en cuanto a la cantidad de recursos involucrados, el tiempo de concreción, la cantidad de personas y variables que intervienen en él, el grado de injerencia que se puede tener sobre las distintas actividades, el conocimiento que se tiene sobre las mismas acciones, las aptitudes, la confianza y las creencias, por citar algunas.

Como el lector se puede dar cuenta, podríamos detallar una cantidad casi infinita de variables que nos permitirían distinguir un proyecto de otro.

Me gustaría mencionar acá que una clasificación importante de los proyectos es aquella que los considera como personales, empresariales, institucionales, de gobiernos y/o estatales.

Proyectos personales podrían ser, por ejemplo, cambiarse de casa, comprar un automóvil, realizar un viaje, etc. En proyectos empresariales podríamos hablar de tener un nuevo software para manejar mejor la empresa, mejorar la capacitación de los ejecutivos (¡con coaching, por ejemplo!) y, en proyectos estatales, de hacer una nueva autopista, organizar un nuevo sistema de transporte público (no se preocupen, no hablaré de “aquello”) y así por adelante.

La característica común de cada una de esas clasificaciones es que, por detrás de ellas, siempre hay personas.

Bajo ese aspecto, podremos considerar que cada persona o grupo de personas que desarrolla un determinado proyecto tendrá patrones culturales distintos unos de otros.

Esto nos lleva, de forma inmediata, a que la conceptualización del proyecto, así como las variables que considerará serán muy distintas entre una persona o grupo de personas y otros grupos o personas.

Si no existe la responsabilidad, el compromiso asumido es sólo una referencia, pero no un comportamiento que se transformará en acción.

El grado de compromiso:

Un factor importante que podríamos resaltar acá es el grado de compromiso que pudiera existir entre las personas en un determinado proyecto.

En términos prácticos, consideraré que un compromiso es un tipo de acuerdo en el cual se aceptan obligaciones específicas para realizar una actividad determinada, las cuales, una vez aceptadas, pasan a ser consideradas como obligaciones.

El refrán que dice “comprometerse va más allá de cumplir con una obligación” se hace válido para el éxito de cualquier proyecto.

Ahora, para que se logre el compromiso tenemos que considerar el factor de la responsabilidad. Entiendo ésta como la habilidad de responder adecuadamente frente a los acuerdos establecidos.

Por lo tanto, si no existe la responsabilidad, el compromiso asumido es sólo una referencia, pero no un comportamiento que se transformará en acción.

Para establecer el control del proyecto y, al mismo tiempo, realizar gestión sobre las actividades de éste, se debe implementar un conjunto de criterios que faciliten analizar el estado de avance en relación a las distintas expectativas del resultado, ya sea en sub-tareas o de acuerdo a los hitos que se definan para tal en un marco de tiempo pre-acordado.

Nuevamente, en el mundo de las subjetividades, esta definición de criterios de selección se relacionará con los factores culturales y éstos, a su vez, incidirán en las mismas consideraciones iniciales respecto a qué creemos que es importante para la obtención del resultado esperado.

¿Se ha preguntado usted por qué, cuando tiene que hacerse una intervención quirúrgica (o si algún día tal vez tuviera que hacérsela), no usa solamente criterios econométricos? Usted no busca el médico más barato, ni la clínica más barata, con un anestesista que cobre poco ni con remedios que sean más baratos… Su criterio es tener lo más adecuado, dentro de un marco de precio referencial del mercado.

Asimismo, cuando su hija se case, es probable que no necesariamente le comprará el vestido de novia en un supermercado (ok – todavía no lo hacen -; pero espere…, con este artículo que propone la posibilidad de la idea, ¡lo implementarán!)

¿Por qué, entonces, cuando se realiza un proyecto en una empresa, o en el estado, etc., el factor más importante es que el proyecto TIENE que ser el más barato?

¿Es que lo ejecutivos no saben cómo justificar sus decisiones y necesitan que estas mismas decisiones se demuestren por sí solas burdamente a través de un número?

¿Cuáles son las creencias que han hecho que esta toma de decisiones orientadas a lo contable sean más bien una generalización?

Le dejo la interrogante, pues tengo la certeza de que usted sabe la respuesta.

Las repercusiones de una falta de criterios adecuados en la realización de los proyectos, asociados a la no consideración de satisfacer todas las expectativas sistémicas desde el inicio de la creación de un proyecto, han generado a la fecha insatisfacciones múltiples y repercusiones de orden personal, comunitario y muchas veces político.

El usuario final de un proyecto debe ser el centro del todo. El es el núcleo de nuestra comunidad. El es quien sostiene nuestro ser social.

El centro del todo:
El usuario final de un proyecto debe ser el centro del todo. El es el núcleo de nuestra comunidad. El es quien sostiene nuestro ser social.

Considerar un proyecto solamente a través de un análisis de costos es demasiado simplista, por lo general más costoso, y tampoco logra lo que se espera.

La clave para el éxito es aprender adecuadamente cómo conjugar lo que queremos en el tiempo y con los recursos que correspondan, estableciendo de manera apropiada los criterios de selección de forma responsable y comprometida para satisfacer el desarrollo de nuestras actividades y lograr un resultado final que cumpla con el usuario y con todos los participantes en un proyecto.

Si ya sabe lo que quiere conseguir, tenga presente: “alguien, en algún momento, tendrá contacto con lo que usted hace”. Ese alguien lo evaluará a usted, a través de su proyecto. Entonces: ¿Cómo quiere ser evaluado?