Un día pensé que Bartok (mi perro) no sólo me estaba mirando pero además él era yo y yo era él (algo muy a lo Cortazar) y de esa forma me comunicó lo que pensaba.
Entonces me dijo ya proyectando lo que seria (sólo usando las vocales A y U, pero abajo lo traduciré a lenguaje humano) su día:
– Que injusto… yo acá me quedo y tengo lo mismo de siempre…y tu partes en ese automóvil y no me haces cariño.
– Me queda perseguir al gato vecino (al negro, pues el blanco es muy grande y agresivo y me asusta mucho).
– Correr a tras de esos pájaros que insisten en volar cuando casi estoy listo para atraparlos.
– Comer esos miserables pellets que me das por casi siete años. No insistas en cambiar de marcas. Son todos iguales y apestan.
– Tener que ladrarle a cada persona que pasa pues no me parece que se pongan cerca de mi puerta….
– Dormir siestas laaaaargas para que el día se haga mas llevadero.
Entonces… Bartok fue a mi cabeza, se pasó por él día y la semana y por el año que venía y entendió lo que podría pasarle y como sería si el siguiera ahi en mi cabeza … y entonces él dijo:
– Prefiero seguir acá… Olvídate lo que te dije antes…