Esta parece una extraña elección para la caja de herramientas de coaching.
Sin embargo, los verbos son muy poderosos desde dos puntos de vista.
1. Son palabras de acción y el coaching trata de acción. Muchas preguntas poderosas tienen la siguiente estructura:
“Lo que…usted…verbo…futuro…positivo…” En otras palabras, ellas generalmente comienzan con la palabra “Lo que”, y son dirigidas hacia la acción que el cliente tomará en el futuro.
Al usar los verbos, usted usará menos abstracciones con sus clientes. Las abstracciones del tipo “creatividad”, “relación”, “depresión”, “educación”, “aborrecimiento”. La lista es interminable. Estas palabras son sustantivos abstractos, ellas no llevan a la acción.
Uno de los trabajos más importantes del coach, es el de tomar las abstracciones que sus clientes traen para la sesión y hacer con que ellos salgan con una acción concreta específica a ser tomada, que los ayudará a solucionar su problema personal.
2. Los verbos orientan a las personas en el tiempo. “¿Qué es lo que usted hizo?”, “¿Qué es lo que usted está haciendo?” y “¿Qué es lo que usted hará?”, son estas tres preguntas muy diferentes debido al tiempo del verbo. Nuestras palabras, dirigen a nuestros clientes en el tiempo y esta es una herramienta poderosa.
Piense en la pregunta que usted podría usar con un cliente. “¿Qué es lo que lo motivará a usted a actuar, para comenzar el proceso de alcanzar esta meta?” Observe los verbos. La palabra abstracta “motivación” no es usada, pero en lugar de esto, se usa el verbo “motivar”. Según preguntamos “Lo qué motivará…”, de modo que estamos convidando al cliente a ir al futuro para motivarse.
Tercero, específicamente le pedimos a él que actúe. Enseguida, lo situamos en el tiempo por medio de un proceso. Este proceso no ocurrirá de una sola vez, pero tendrá inicio. Finalmente, hay otro verbo, “alcanzar”, para orientarlo en la dirección de la meta. Esto coloca mucho poder en una pregunta corta.