Academia InpactCoachingHCNHipnosismentoringPNL

La estructura profunda: parte 1

By 26 mayo, 2020 No Comments

Deep1

Comunicarnos en la vida cotidiana

Para todos quienes tienen interés en las TDH’s o Tecnologías de Desarrollo Humano, tales
como coaching, PNL, mentoring e hipnosis, quisiera exponer de forma breve acerca de la
importancia de la llamada “estructura profunda” en el lenguaje. Para desarrollar esto,
mencionaré algunas situaciones que probablemente hemos vivido, donde seguro sentimos una
“cuota” de dificultad para comunicar aquello que deseamos expresar.

Puede que algunas veces creamos que no nos han comprendido bien, a pesar de que, para
nosotros, está clarísimo lo que queríamos decir. Por ejemplo, una persona podría decirle a su
pareja un cumplido, como: –“Te queda muy bien el color amarillo”. Y esta responderle con una
pregunta: –“¿Acaso no te gusta como me visto? Porque casi toda mi ropa es de color verde…”

En otras ocasiones nos puede pasar que queremos expresar algo y no logramos encontrar en
nuestra mente la palabra precisa que nos gustaría usar, e incluso, medio compungidos,
podríamos llegar a confesarle a nuestro interlocutor: “No tengo palabras para decir lo que
quiero”, pues en ese momento nos encontramos invadidos por sensaciones y emociones y
surge un vacío o confusión que nos impide comunicarnos como quisiéramos.

En otro momento escuchamos un comentario o nos hacen una pregunta y, por una razón muy
propia de cada uno, de nuestra cultura-vivencias-background, la entendemos o interpretamos
de una forma distinta a la intención con que fue comunicada. Esto genera una situación
incómoda para nuestro interlocutor, y provoca una discusión entre ambos por la manera como
la comprendimos.

En este caso, alguien con la intención de ayudarnos podría decirnos: “Mira, quiero explicarte lo
que hay que hacer de forma simple y precisa, casi como a un niño, para hacerte la vida más
fácil” y nosotros lo recibimos como “¿Me estás llamando tonto?”

Alguna vez una persona en nuestro trabajo pudo habernos dicho algo que nos pareció bastante
evidente y claro, y más tarde empezamos a dudar acerca de si lo entendimos bien, pues nos
faltan algunos datos, que no logramos ubicar repasando la conversación en nuestra mente. Por
ejemplo, nuestro jefe podría decirnos: “Una vez que tenga listo el informe, me lo manda, ¿ok?
Sin importar que esté completo”.

Cuando nuestro jefe nos lo dijo, pareció que habíamos entendido muy bien el mensaje, pero
durante el fin de semana, no nos atrevemos a llamarlo para preguntarle qué es lo que
realmente quiso decir y nos empezamos a cuestionar: “Pero si no está completo, ¿cómo estará
listo?” y después “¿Qué significará “listo” para él si está incompleto?”. Por lo tanto, descubrimos
que deberíamos haber averiguado más para poder sacar una conclusión al respecto.

En situaciones donde existe una alta dosis de emoción en la comunicación se hace muy
evidente esa falta de precisión en el lenguaje, como por ejemplo con la frase “te amo”. Esta
puede generar dudas tales como “¿Realmente me ama?” Pues también hemos escuchado que
dice “Amo a mi perro”. Entonces, “¿Será que me ama de forma “real”? Y si existiera un
“amorómetro”, ¿quién ganaría? ¿El can o yo?” (Mejor no hacerse ese tipo de preguntas, por si
acaso). Y más preguntas: “¿Cómo sabe que me ama?, ¿Qué implica que me ame?, ¿También
tiene otros amores similares?”. En efecto, esas dos palabras pueden generar un sinfín de
condiciones e interpretaciones.

Por su parte, las expresiones “la comida ya está sobre la mesa” o “sobre la mesa ya está la
comida” tienen un orden diferente, pero igualmente se entiende el significado, que se percibe
casi idéntico, como en el ejemplo clásico de “Juan ama a María” y “María es amada por
Juan” (por suerte acá no está el perro).

Como podemos darnos cuenta, estamos hablando de distintas estructuras de comunicación,
sutilezas del lenguaje, sintaxis, significados e interpretaciones.

Dejar un Comentario

EnglishPortugueseSpanish