– Hooooola! ¿Cómo estás?!!!?
– Bien!! y tú!!
– Excelente, tenia muchas ganas de saludarte y por eso te llamé.
– Que bueno!!…y a propósito… ¿Con quién hablo?…
– Nooooo… Como…¿No reconoces mi voz? ¿es que te estás haciendo ahora el interesante?
– Perdona, pero … en realidad, no sólo no reconozco tu voz, pero no sé con quien hablo…
– Bueno, soy María!!
– María… María … María…María…
– Si! María! Estuvimos juntos cuando pequeños! Fuimos a la sala cuna, después hicimos el Pre-Kinder y Kinder juntos y bueno, ya lo sé… han pasado treinta y cinco años que no nos hablamos y tampoco nos vimos más!
– ¡Ahhhhh! ¡¡Pero por supuesto!! ¡María! ¿Como has estado? ¡Que gusto conversar contigo!
– ¿Te recuerdas un pelotita de goma que tenía y que a ti te encantaba y saltaba sin parar y tu jugabas con ella siempre y que te matabas de la risa?!?
– Pero ¡claro que si!
– Uffff… que alivio… pues devuélvemela.