– Espejito espejito mío: ¿Para qué sirvo?
– Para nada hija… lo siento… para nada…
– Pero… espejito… se supone que tú tienes que buscar algo positivo en mi!!!
– La verdad es que hice un esfuerzo enorme, que me produjo gran estrés y en ti no encontré nada. Lo siento…
– Espejito, me parece muy grosero de tu parte lo que me dices.
– Para nada, lo que ocurre es que quieres escuchar lo que quieres escuchar y realmente lo que necesitas no es un espejo que te siga el amén, necesitas un Coach que te haga reflexionar.