– Eso sí que era un reto.
– Un reto… te dieron un reto?
– No… no me retaron.
– Ah! Un reto.
– Si, había que correr algo así como diez kilómetros, pero de espaldas.
– ¿Porqué de espaldas?
– Es que correr de frente ya no tenía sentido. Era considerado banal. Demasiado fácil.
– Y cómo te fue?
– Súper bien! Llegué casi último y perdí.
– Pero eso no me parece bien.
– Es que también es mucho más difícil perder!!!!
– Todos quieren ganar!!!